martes, 12 de mayo de 2009

Fuente: La Nación

LE MONDE, DERECHOS EXCLUSIVOS PARA LA NACIÓN
Una guerra sucia y olvidada

El crimen es casi perfecto. Cerca de 6.500 srilankeses han muerto, según los cálculos de Naciones Unidas, sin que ningún cadáver aparezca en la primera plana de los periódicos ni en las pantallas de la televisión. Colombo ha impedido eficazmente la entrada de cualquier testigo a la zona de combates en el noreste del país; región donde los cientos de milicianos de los Tigres de Liberación del Eelam Tamil (LTTE) viven el más reciente episodio de una rebelión sin escrúpulos. Cerca de 50 mil civiles se encuentran presos en este agujero negro mediático, pues pocas veces un teatro de operaciones hasta ahora había estado tan cerrado, tan opaco y oculto.
Los srilankeses siguen sin rostro y sin voz. Para los guerrilleros no son más que escudos humanos. Para el Ejército, que destruye sin discriminación, representan un daño secundario sin importancia, el precio a pagar por la victoria final.

Para acallar los llamados a la tregua, el Gobierno ha recurrido a un argumento contundente. "Quienes desde lejos exhortan a que se establezca una tregua humanitaria, no vivirán en Sri Lanka cuando los kamikazes ataquen de nuevo", proclamó el diario progubernamental Daily News. De hecho, la guerrilla está considerada como terrorista por la mayoría de los países occidentales, de los cuales ninguno quiere dar la impresión de que defiende un movimiento adepto a los atentados y del reclutamiento de soldados niños.

Eso explica que, por muchas semanas, la comunidad internacional haya desviado la mirada mientras el régimen de Sri Lanka -en forma brutal y autocrática- trata de terminar una "guerra sucia" que ya lleva 37 años y que ha causado 70 mil muertos. Si bien la comunidad internacional no ha convencido a Colombo, es de esperar que la visita a Sri Lanka de Bernard Kouchner y David Miliband, cancilleres de Francia y el Reino Unido, respectivamente, marque el fin de la indiferencia del orbe.

Al seguir atacando con armas pesadas zonas densamente pobladas, los generales violan el derecho internacional, tanto como lo violan los tigres tamiles. La ONU debería de crear una comisión de investigación y Francia debería de poner el ejemplo exigiéndolo en el Consejo de Seguridad.

1 comentario:

  1. Trata que tu blog no sea un pegoteo de diarios. Ve el comentario que sigue (empecé por abajo)

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